24 diciembre 2013

NAVIDAD TAMBIÉN ES TOLERANCIA




Ellos creyeron y respetaron a quien venía a salvar al mundo. 

Ellos tuvieron la grandeza de ver lo que la realidad tangible no mostraba. 

Entonces el mundo se dio vuelta y la paz se esparció por toda la Tierra.

Ellos abrieron sus manos vacías y se llenaron de la gracia de Aquel que vino para quedarse entre nosotros. Con nosotros.

Ellos miraban al cielo con la magia de los magos que son reyes. 

Y las estrellas brillaron más que nunca, bañaron de luz a las tinieblas, a los corazones oscuros, a los ojos cerrados.

Ellos viajaron y volaron, y llegaron.

Dos milenios después, sus camellos comen el pastito y beben el agüita que los niños les dejan con sus almas puras, alimento invisible que la mañana esconde en la inmensidad del amor familiar.

Y de ese modo, Ellos, Él, José y María, los pastores, y los hombres y mujeres que todavía creen y sueñan y esperan, y nosotros que nos vamos volviendo viejos y niños a la vez, y abuelos también, quién sabe hasta cuándo, o hasta dónde.

No quiero cambiarte la forma de pensar, sólo quiero respetarte, tampoco pido que pongas la otra mejilla, poné el otro oído: escuchame, con eso me conformo. 

¿No te das cuenta que Dios nos creó distintos, plurales y diversos? 

Por eso digo: NAVIDAD ES TOLERANCIA. Y me fundo en un abrazo con vos a la distancia, conjugando el verbo de la no discriminación, la palabra que seca las lágrimas, el verbo que calma el hambre y la sed de justicia.

El Verbo se hizo carne. Un tal Jesús...


Horacio Enrique POGGI