17 diciembre 2022

El primer médico del Pueblo de Mariano Acosta

 

En los albores de la fundación del Pueblo se avecindó el Dr. Eduardo Florencio Beláustegui en la incipiente Villa Loza (actuales calles Colpayo y Luis Viale). En 1912 compró 17 hectáreas y organizó una chacra dotada de una arboleda variopinta, con la colaboración de Don Isidro Cordero. Denominó a la chacra San Rafael y en ella Don Isidro formó su familia ejemplar. Allí nacieron ocho de sus nueve hijos. A los pocos años, el establecimiento rural se convirtió en un parque de ensueño por el desarrollo de su vegetación y la armonía del paisaje.

El Dr. Beláustegui visitaba el Pueblo los fines de semana, provisto de su maletín sanitario y medicamentos. Lo primero que hacía era avisar al vecindario de su presencia. Si alguien de los campos vecinos, o del embrionario poblado marianense, sufría de alguna dolencia, él lo atendía gratis, sea en su chacra paradisíaca o en el domicilio del paciente. Ante un caso complejo, recomendaba al paciente al Hospital Rivadavia, donde brindaba servicios en el área de cirugía.

Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que el Dr. Beláustegui fue el primer médico del Pueblo, comprometido con sus vecinos y proclive a hacer gauchadas a cambio de un apretón de manos. Cuando iba a comprar mercaderías al almacén de ramos generales El Primitivo –el único que había entonces en Villa Posse-, se interiorizaba de los asuntos comunitarios y ofrecía su colaboración. Por ejemplo, hacia 1913 no dudó en estampar su firma en un petitorio a favor del arreglo de calles, y en escriturar a su nombre –en 1920- los terrenos destinados a la edificación de la Capilla Nuestra Señora de Lourdes.

Lamentablemente, en 1934, por el fallecimiento de su señora esposa Virginia Lanusse, vendió la chacra San Rafael. Debido a esta irreparable pérdida familiar, se alejó para siempre de nuestros pagos, pero nunca se olvidó del Pueblo y mantuvo hasta su muerte una afectuosa relación con Don Isidro Cordero y los suyos.

Es un deber de las nuevas generaciones rescatar a los pioneros insignes que dejaron su marca en la memoria social. Los grandes ejemplos del pasado son una fuente de inspiración de las grandes obras del presente. El Dr. Beláustegui ha sido un ilustre ciudadano que enalteció la etapa fundacional de Mariano Acosta. Fue docente y hombre de ciencia: profesor de Historia Americana y Argentina en el Colegio Nacional Mariano Moreno, médico de los Tribunales de la Capital Federal, cirujano del Hospital Rivadavia, director de Asistencia Pública y Administración Sanitaria de la Municipalidad de Buenos  Aires, presidente de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología, de la Sociedad de Cirugía de Buenos Aires y de la Asociación Argentina de Cirugía.

En la capital de la República, había nacido el 11 de septiembre de 1873 y falleció el 11 de agosto de 1944.

Sean estas líneas un justo homenaje al Dr. Beláustegui, profesional íntegro, vecino cristiano, criollo honorable.

 

Dr. Horacio Enrique POGGI