Aún queda en pie el edificio imbatible de la estación ferroviaria, para dar
testimonio de un pueblo fundado en el Centenario de la Patria. Fue la primera
edificación material terminada en 1910. Hemos encontrado la documentación
probatoria que nos permite afirmar sin dudar. Hoy, solo un ejercicio falsificador
de los hechos podría negar las evidencias, halladas luego de una ardua
investigación histórica que continuamos y nos permite descubrir –con asombro- aspectos
ignorados del pasado local.
Durante mucho tiempo, discutimos acerca de la estación Mariano Acosta con más fantasía que documentos. Lamentablemente, algunas de esas fantasías devinieron en “verdades” que todavía algunos incautos se empecinan en sostener. En la ciencia histórica debemos confiar más en las pruebas que en quienes fungen de historiadores. La tarea específica del historiador es investigar, visitar monumentos, trabajar en archivos públicos y privados, agotar las fuentes, tutearse con el polvo de los documentos, hermanarse con el papel amarillento de diarios y revistas antiguos, de escrituras y expedientes. Juntar cacharros viejos no alcanza para verificar sucesos de otra época. Tampoco el testimonio oral sin cotejarlo con papeles. Yo no escribo sin papeles. La memoria falla, es parcial. ¿O acaso no solemos evocar ciertos recuerdos en detrimento de otros? Asimismo, se cometen aberraciones cuando se reduce la reconstrucción del pasado exclusivamente a la memoria personal.
Los ingenieros ingleses de Ferrocarril del Sud jamás dudaron del sitio
exacto en el que debían erigir el nuevo edificio de la estación Mariano Acosta,
una vez efectuado el traslado desde el kilómetro 34,800 a un punto equidistante entre las estaciones
de Merlo y Marcos Paz. Antes de hallar, en el Archivo General Ferroviario, el
plano 17563, fechado el 9 de agosto de 1909, con la estación situada en el
kilómetro 40,300, abundaron las especulaciones, de las que nosotros también
participamos, sobre el porqué de dicha ubicación. Se dijo que había sido debido
a que era un lugar alto y no inundable. Que detrás de la Rotonda –o enfrente,
lo mismo da- los terrenos eran anegadizos y, por tanto, los ingleses rechazaron
construirla en ese lugar, según figuraba en el primer plano publicitario de
Villa Posse de 1909, por lo que Juan Posse se habría enemistado con ellos,
etcétera. Numerosas elucubraciones, fruto de la imaginación. Tengamos en cuenta
que, cuando la Compañía entabló negociaciones con Antonina Cascallares para
comprar el campo, Don Juan no se encontraba en el país…
Las especulaciones, entonces, se desmoronaron como un castillo de naipes con
el hallazgo del plano mencionado, escrito en inglés. Pero este hallazgo nos ha
requerido una contextualización precisa, que la obtuvimos de la escritura 402 del
16 de agosto de 1909 (protocolo del escribano Haedo). Rodolfo Posse, en nombre
y representación de la Compañía General de Tabacos, le compró aquel día 759
hectáreas a Antonina Cascallares. Sin embargo, mientras el Vicepresidente negociaba
la adquisición del campo, consigue, de Ferrocarril del Sud, la aceptación del
traslado de la estación Mariano Acosta a la zona donde iban a fundar Villa
Posse. Lo que justifica que Ferrocarril del Sud haya tenido confeccionado el
plano de la nueva estación una semana antes de concretarse la operación
inmobiliaria a cargo de Don Rodolfo. El proyecto comercial de los Posse demandaba
el traslado de la estación para subdividir las 759 hectáreas, recién adquiridas,
y persuadir a los futuros pobladores de
que iban a disponer del indispensable medio de transporte. Sin estación era
imposible que prosperara el nuevo pueblo. Habría propietarios y no habitantes.
¿Quién iba a avecindarse en un paraje desolado?
Por eso, reiteramos, el plano, con la estación ubicada en el kilómetro
40,300, estuvo listo antes de que Rodolfo Posse comprara el campo de
Cascallares. Porque hubo conversaciones previas y la certeza de que era posible
trasladar la estación a estos lares. ¿Por qué, entonces, los Posse insistieron
con el primer plano publicitario ubicando incorrectamente a la estación? La
respuesta nos obliga a reconocer que un plano promocional de Villa Posse, con
la estación en su ubicación actual, era menos vendible que con la ubicación
incorrecta. El famoso plano que se prestó a errores interpretativos, por la
leyenda “Villa Posse - Fundada en el año 1909”, le daba una forma atractiva a
la villa, con su plaza enfrente de la estación, otras plazas y varias
diagonales, una amplia e imponente avenida central, etc. En cambio, con la
estación en su actual ubicación, la villa perdía su diseño atractivo, quedando la
estación alejada de lo que había sido concebido como el centro del pueblo. El
observador agudo comprobará que era más comercial el plano trazado en 1909 que
el plano de origen de 1910…
Una vez construido el nuevo edificio de la estación, el 15 de noviembre de
1910, la Dirección General de Ferrocarriles habilitó su servicio público y el
incipiente poblado, a ambos lados de las vías, comenzaría a llamarse Mariano
Acosta. Señalemos, además, que Don Rodolfo Posse, apoderado de la villa, el 5
de julio de 1910 había vendido las siete hectáreas del lado norte a Ferrocarril
del Sud. Meses antes, Don Santiago Loza, el 16 de febrero, había donado a la
empresa británica la lonja de dos hectáreas de superficie, situadas en el lado
sur. A modo de conclusión, subrayamos que el 4 de julio de 1975, el Honorable Concejo
Deliberante de Merlo institucionalizó el 15 de Noviembre como Día de Mariano
Acosta, en honor y agradecimiento a todo lo que nos ha dado la estación
ferroviaria, símbolo fundacional incontrastable, madre de pioneros.
Dr. Horacio Enrique POGGI