18 diciembre 2019

ADIÓS AL MAESTRO




El 17 de diciembre de 2019 falleció Renée César Magnetti. Era pampeano y tenía 81 años de edad. Había llegado a Mariano Acosta en 1949. De su rica y extensa carrera podemos destacar que fue profesor en Química, realizó estudios de posgrado en la OEA y en la Universidad Tecnológica Nacional. Publicó numerosos libros de su especialidad. Fundó y desempeñó la dirección de la Escuela de Educación Media Nº 2, como así también la del nivel secundario del Instituto Alfonsina Storni. Ejerció la docencia en numerosos establecimientos educativos dejando su sello de excelencia.

La conmoción ha sido inmensa en sus familiares, discípulos, amigos, docentes y exalumnos. Las autoridades de la EEM Nº 2 quedaron consternadas por la luctuosa noticia. El Fundador se había marchado para siempre dejando una obra enorme que las nuevas generaciones sabrán recordar con justicia.

Cultor del perfil bajo, padre de familia íntegro, vecino aliado del progreso y preocupado por las cuestiones locales. Quienes lo conocimos de cerca sabemos que predicaba con el ejemplo y le ponía el cuerpo a sus firmes convicciones. Pertenecía a esa elite de distinguidos criollos que se ha perdido en el marasmo de la revolución tecnológica y la mediocridad generalizada.

La ciencia jamás lo deshumanizó ni hizo de él una persona fría e insensible. ¡Por el contrario! Se ubicaba  por encima de los egoísmos de los hombres pequeños y escalaba las alturas del trabajo y la perseverancia. Por eso, esquivaba el elogio fácil y prefería pasar inadvertido. No se equivocaba: la zalamería hueca carece de honestidad intelectual. Y él ejercía la docencia –es decir, daba valores- en todo momento porque era su escuela de vida.

Quienes fuimos sus amigos, lo lloramos sin consuelo. El espacio que deja nadie podrá ocuparlo. Ya no será igual pasar por la calle Riglos…

La ausencia del ilustre vecino cae como una sombra gigante sobre nuestras almas y nos cubre de tristeza. La pena manda y nos resulta difícil escribir estas líneas. Pero el corazón se anima y una especie de oración a su memoria nace, lentamente, para perpetuarse en los rincones del Pueblo, al que sirvió con honestidad probada y una ética profesional a toda prueba.

Mariano Acosta estará de duelo por mucho tiempo. La pérdida de uno de sus educadores más brillantes y capaces trasciende la frontera local. Tengamos la suficiente grandeza para llorarlo en serio y de cultivar su ejemplo. Este será el mejor homenaje a un Señor con mayúscula.

Marianense de ley, la Ciudad de sus amores ahora reza por su eterno descanso.


Dr. Horacio Enrique POGGI