Una
de las dudas respecto del año fundacional de Villa Posse de Merlo, que los
testimonios documentales hallados en los últimos años nos han permitido esclarecer,
está relacionada con la situación previa al traslado de la estación Mariano
Acosta del kilómetro 34,800 a su actual ubicación. Para fundamentar que Villa
Posse se fundó en 1909 –es decir, antes del traslado de la estación- se ha
afirmado –por ejemplo- que “la
importancia de la Villa y sus pioneros lograron la construcción de la estación,
inaugurada el 15 de noviembre de 1910” y que “la Villa se fue poblando rápidamente, esto sirvió para que la Compañía
de Tabacos de la familia Posse tramitara ante las autoridades nacionales y
ferroviarias, la construcción de una Estación para la Villa”.
Con
esos argumentos se elaboró un relato fundacional falso que desembocó en los
festejos del centenario local con fechas inexactas. El error se suscitó por la
ausencia de investigación y de rigor metodológico. Entonces, ante la falta de
documentación probatoria, se desató un vendaval de falacias acerca de si
primero fue la Villa o la estación. Como no podía ser de otra manera, la falsificación
de nuestro pasado hizo su agosto.
¿Qué
ocurrió en 1909 según la documentación existente en archivos públicos? El 16 de
agosto, Don Rodolfo Posse -en nombre y representación de la Compañía General de
Tabacos- le compra a Antonina Cascallares un campo de 760 hectáreas en cuatro cuotas
(tomarían posesión del mismo durante la segunda quincena de noviembre de aquel
año). El 24 de agosto, el escribano Alberto Haedo realiza la inscripción de
dominio en el Registro de la Propiedad. El 2 de septiembre, Juan Carlos Posse, tesorero
de la Compañía, firma un convenio con Ferrocarril del Sud por el cual la
empresa tabaquera se compromete a abonar $50.000 m/n para edificar un nuevo
edificio de la estación Mariano Acosta, y a tramitar su traslado. El 15 de
septiembre, la Compañía -con la firma de Juan Posse- solicita ante el
Ministerio de Obras Públicas de la Nación el traslado de la estación y comunica
su iniciativa de fundar un pueblo –con la firma de todos los integrantes del Directorio-
a través de un concurso de los cigarrillos habanos Mitre (los beneficiarios
recibirían “15.000 lotes de terreno, 60 casas de material y un chalet”). Ese
mismo día, el Directorio de la Compañía autoriza a Rodolfo Posse a firmar solo “las
15.000 escrituras” – finalmente será designado “apoderado especial”- de la
futura Villa Posse. El 9 de diciembre, el presidente José Figueroa Alcorta
autoriza el traslado de la estación. Por cuerda separada, una fenomenal campaña
publicitaria de la Compañía -en la prensa porteña- daba por hecho la fundación
de la Villa, “un pueblo moderno, con tranvía y luz eléctrica,” y todos los
adelantos imaginados.
Sin Estación no hay
Villa
Como
se observa en este somero resumen cronológico fundacional, entre agosto y
diciembre de 1909 de ningún modo “la Villa se fue poblando rápidamente”. Ello
queda patentizado en la carta del 15 de septiembre elevada al Ministerio de
Obras Públicas de la Nación en la que se solicita el traslado de la estación
(Museo Nacional Ferroviario, Archivo de la Dirección Nacional de Ferrocarriles,
caja I, expediente N° 8008, letra F, año 1909). Dice la carta: “La Compañía con el fin de valorizar los
lotes que regala, se propone fundar un pueblo en la zona adquirida que se
llamará Villa Posse”. Por tanto, la propia Compañía afirma –el 15 de
septiembre de septiembre de 1909- que Villa Posse todavía no había sido fundada.
La
carta también especifica la necesidad imperiosa de contar con la estación
ferroviaria para fundar Villa Posse: “Si
los adjudicatarios de los lotes que regala la Compañía no cuentan con una Estación
que les permita viajar con relativa comodidad, se harán propietarios, pero no
se moverán de la Capital”. Más claro imposible: sin estación habría
propietarios pero no pobladores. Es decir, que la fundación del pueblo quedaba
supeditada al traslado de la estación.
Así
las cosas, 1909 ha sido el año en el que se consigue el traslado de la
estación, se consuma la invención publicitaria de Villa Posse, se toma posesión
del campo a mediados de noviembre y se confecciona el primer plano que nunca
tuvo vigencia (ver nuestro artículo publicado en Milenio Cooperativo del mes próximo pasado). Mientras que 1910 fue
el año de la fundación real. En el Centenario de la Patria se concretan –entre
otros hechos probados- las edificaciones materiales. El 6 de abril se concede
un poder especial a favor de Rodolfo Posse y el 15 de abril comienzan a
entregarse las primeras escrituras a los favorecidos por el concurso de los
cigarrillos Mitre. El 30 de junio son aprobados los planos de la estación. El 5
de julio, Don Rodolfo abona $50.000 m/n a la empresa Ferrocarril del Sud cumpliendo
con el convenio del 2 de septiembre del año anterior. Y transfiere las siete
hectáreas destinadas a la estación, cuyo edificio se construirá en terrenos
cedidos por la familia Loza (lado sur de las vías). El 11 de julio, la
Municipalidad de Merlo aprueba el trazado de los planos de Villa Posse (requisito
fundamental para fundar un pueblo). El 18 de septiembre, Don Rodolfo Posse
fleta un tren desde Once cargado de pasajeros -que se detiene por primera vez
en la estación aún sin terminar- con el objetivo de verificar el estado de la
construcción de la estación ferroviaria y de las primeras casas de la Compañía.
El 2 de noviembre se realiza el concurso para adjudicar las 60 casas y el
chalet prometidos que serán entregados a partir de marzo de 1911. El 28 de
octubre se aconseja que la estación ferroviaria sea habilitada para su servicio
al público, lo que finalmente ocurre el 15 de noviembre, fecha fundacional de
nuestro pueblo.
Colofón
Según
el Diccionario de la Real Academia Española, el verbo fundar significa: “edificar
materialmente una ciudad, un colegio, un hospital, etc.”. La estación
ferroviaria y Villa Posse fueron fundadas en forma simultánea hacia 1910. Por tanto, resulta incorrecto afirmar que
primero fue la Villa y luego la estación. En esta inteligencia, cabe destacar
que el traslado de la estación fue consecuencia del proyecto fundador de la
Compañía General de Tabacos, pero la Villa quedó supeditada a la estación como
lo advierte la propia Compañía cuando pide su traslado en la carta enviada al
Ministerio de Obras Públicas de la Nación. Sin la estación Mariano Acosta,
entonces, la fundación de nuestro pueblo habría sido un fracaso. Para honrar la
verdad histórica, solo se trata de reconocer lo que demuestra la abundante e
irrefutable documentación que hemos hallado.
Dr.
Horacio E. POGGI
Centro de Estudios Históricos "Mariano Acosta"