04 febrero 2015

BARBARIE ANTISEMITA




La barbarie antisemita pretende incorporarse al debate público con brutalidades que nos retrotraen a épocas dominadas por la intolerancia, la violencia y la muerte. “El mejor enemigo es el enemigo muerto” era la consigna de la revista El Caudillo, vocero de la Triple A, durante la nefasta década de los años 70. Aquella bacanal de sangre desembocó en la peor dictadura del siglo 20. Hoy, algunos resabios permanecen ocultos y asoman en momentos particulares, en los que debería primar la prudencia en la busca del esclarecimiento del deceso del fiscal Natalio Alberto Nisman. Herederos de una tradición asociada al nazismo, se las ingenian en la paráfrasis y el horror. Así, nos encontramos con expresiones funcionales a quienes solo pretenden naturalizar la barbarie antisemita como ayer naturalizaban sus crímenes ante la indiferencia de la sociedad. Permanecer indiferentes –o neutrales- es un acto de cobardía y un síntoma de entrega, de bajar la guardia, de rendirse, para que se enseñoreen en nuestra sociedad los asesinos de siempre.

Publicamos a continuación el comunicado emitido por la Confraternidad Argentina Judeo Cristiana que sintetiza nuestro sentimiento, indignación y apuesta a la esperanza:


Nuestra institución repudia enérgicamente la aparición el 1 de febrero de 2015, de carteles antisemitas en la zona de Villa Crespo, en las avenidas Scalabrini Ortiz, Juan B. Justo y Corrientes.

El vandálico episodio se suma a otros hechos similares ocurridos en nuestra República que no hacen otra cosa que contribuir a la violencia contradiciendo los principios democráticos consagrados en nuestra Carta Magna.

Pareciera que la barbarie ha desafiado de tal manera a nuestra sociedad, que la conduce a un enfrentamiento sin pausa y a la anulación de toda comprensión recíproca frente a problemas que nos afectan.

Seguiremos oponiéndonos a todo hecho que genere actos cuya concurrencia, traten de impedir el logro de la Paz y la armonía que debe aspirar nuestro País.

¿Qué nos ocurre a los argentinos que, ante semejantes señales de odio y violencia, no reaccionamos como es debido y permanecemos aletargados en nuestros propios pensamientos?

Lo peor que puede ocurrirnos es que permanezcamos callados, en silencio y dejemos mansamente que estos episodios sigan sucediéndose y miremos indiferentes, desinteresándonos por el tema.

Son estos los momentos en que toda la ciudadanía debe expresarse defendiendo los principios que emanan de nuestra Constitución y elevemos nuestras voces para que estos incidentes cesen una vez por todas.

Será la única manera de defender nuestros principios democráticos y el modo que la República recobre su identidad.

Martha de Antueno
Presidenta

Daniel Levín
Vicepresidente

María Grandoli de Hrubisko
Secretaria Ejecutiva